domingo, 18 de octubre de 2009

BREVE INTRODUCCIÓN A LA TEORÍA DEL ESTADO EN EL MARXISMO OCCIDENTAL DE SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX

BREVE INTRODUCCIÓN A LA TEORÍA DEL ESTADO EN EL MARXISMO OCCIDENTAL DE SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX
Santiago González - santiago@escribimos.com

1. Introducción
2. Estado y conceptos relacionados
3. Conclusión
4. Bibliografía

Introducción

Como es bien sabido, Carlos Marx no elaboró (por lo menos de forma explícita) una teoría del Estado capitalista, y aunque tenía planes de realizar una obra sobre este tópico, jamás pudo concretarla. Este vacío teórico llevó a sus continuadores a una exégesis de los textos del maestro y a elaboraciones teóricas de diversos resultados a menudo contrapuestos (por ejemplo: reformismo o revolución)

Fue Gramsci sin lugar a duda, con su elaboración del Estado ampliado, el que más contribuyó al avance teórico. Luego de Gramsci se produce un silencio en cuanto al Estado, no habiendo ninguna elaboración que diera cuenta de los cambios que se produjeron en los Estados occidentales como consecuencia de la crisis del ’30 y la reconstrucción de postguerra (sí bien el stalinismo elaboró explicaciones a menudo burdas e instrumentalistas). Este silencio vendría a romperse a mediados de los ’60 (auge del Estado benefactor), y daría paso a una rica elaboración teórica por parte de científicos marxistas en las dos décadas subsiguientes.

Autores diversos y con distintos enfoques darán cuenta en sus elaboraciones de categorías “clásicas” del marxismo llevándolas a un nivel de desarrollo que no habían tenido hasta el momento. Se han elegido para tratar: Ideología, Lucha de clases, Fetichismo y Estado.

El objetivo de este trabajo es dar cuenta de cómo la evolución de lareflexión sobre el Estado proveyó un enriquecimiento de dichas categorías, y su articulación teórica comentando los enfoques estructuralista, instrumentalista, el debate alemán (derivacionistas y Offe) y el de Holloway. También un breve comentario crítico (que no pretende el vuelo de las críticas de los debates realizados por años) de los mismos.

Estado y conceptos relacionados.

En los años 60 Althusser, escribió “La Filosofía como arma de la Revolución”. Este autor (filosofo marxista francés) recogerá la influencia de ciertas categorías del estructuralismo y las fundirá con el marxismo.

Señala que para la existencia de un orden social, este debe reproducir sus fuerzas productivas así como las relaciones existentes de producción. Concibe a la sociedad como separada en estructura económica y en superestructura política- jurídica - ideológica. La superestructura tiene autonomía relativa de la primera, pero la estructura determina en última instancia.

Se deben reproducir los medios de producción así como la fuerza de trabajo. Esta ultima debe reproducir sus necesidades biológicas e históricas (mediante el salario), así como una determinada calificación de dicha fuerza. Este último aspecto se logra a través de instituciones adecuadas a esta función, separadas del ámbito productivo. En estas se aprenden reglas de respeto a la división técnica del trabajo y al orden de dominación.

En palabras de Althusser: “la escuela (...)enseña ciertos tipos de ‘saber hacer’ pero de manera que aseguren el sometimiento...” 1.

Él Estado es concebido como aparato represivo, como un mecanismo de intervención que asegura el dominio de clase. Distingue poder, de aparato del Estado.

La lucha política gira en torno a este aparato, y el Estado puede resistir aún la toma de su poder.

Para Althusser hay que desarrollar este comienzo teórico descriptivo (concepción presente en el Manifiesto y el XVIII Brumario) y teorizar lo implícito en El Capital. Para el francés Gramsci fue el único que avanzó en ese sentido, realiza así una distinción entre aparatos represivos y aparatos ideológicos del Estado. Los últimos se distinguen por ser una pluralidad, son públicos y privados y funcionan preponderantemente con ideología (aunque pueden usar cierta coacción). Para establecer la hegemonía, la clase dominante debe hacerse con el control de los aparatos ideológicos (iglesia, escuela, medios de comunicación, etc.). El comportamiento de estos aparatos esta unificado por la ideología dominante, pero, ¿qué es la ideología?.

Partiendo de “La Ideología Alemana” reconceptualiza y se diferencia de Marx: “La ideología representa la relación entre los individuos y sus condiciones reales de existencia”2.

Es una representación falseada de la realidad, da un conocimiento y un reconocimiento falso, mistifica las relaciones sociales siendo su función la de sujetar a los individuos a sus lugares en el proceso de producción, es decir garantizar la dominación de clase. La presenta como una ligazón entre hombres (cemento social) permite el posicionamiento en el mundo social asegurando la cohesión social y reproducción de las relaciones de producción.

La ideología existe para los sujetos, recluta sujetos de los individuos concretos, mediante la interpelación, es decir define al sujeto como tal, le da su característica.

A diferencia de Marx en “La Ideología Alemana”, la ideología tiene existencia histórica, y material ya que determina prácticas concretas. Su estructura y funcionamiento la hacen omnihistorica y su relación con la lucha de clases es directa ya que es fruto de esta. Hay una ideología dominada y otra dominante, la lucha ideológica se da dentro de los aparatos de la ideología dominante, empleando sus elaboraciones (por ejemplo el derecho o la moral burgueses), imponiéndose siempre la dominante. El movimiento obrero debe incorporar una conciencia y prácticas científicas, no falsas es decir ideologizadas, para emanciparse de la ideología.

Finalmente el autor llega a la conclusión de que el aparato ideológico preponderante es la escuela, ya que es el que más saberes prácticos funcionales a la reproducción inculca, durante una gran cantidad de tiempo.

Hecha esta breve caracterización de la propuesta althusseriana, cabe preguntarse sobre la validez del aparato educativo en nuestro país como “reproductor” ideológico preponderante, en bastos sectores de miserables y excluidos, donde en el mejor de los casos el saber práctico que puede inculcar es que no hay lugar para esos sectores en la sociedad. De seguir la política de retiro estatal de todos los ámbitos de la sociedad, ¿cómo ha de asegurarse la hegemonía ideológica?, ¿bastaría con los medios masivos de comunicación y el cientelismo político para que se acabe con las formas de organización no dominantes(clubes de trueque, asociaciones solidarias/políticas, expresiones artísticas, etc.)?.

Nicos Poulantzas, discípulo de Althusser concibe al Estado como relativamente autónomo con respecto al bloque de poder dominante de la sociedad. Ante la imposibilidad de las diversas facciones capitalistas para organizarse (dados intereses contrapuestos), el Estado es una necesidad organizativa, dice Poulantzas:”...constituye, en realidad, el factor de unidad política del bloque en el poder bajo la égida de la clase o fracción hegemónica.”3

No es un mero instrumento de clase (cita al ejemplo del Bonapartismo), es relativamente autónomo, y dicha autonomía varía según sea mas o menos requerido para organizar a las facciones de clase. La división de poderes es una formalidad y su origen esta en las facciones dentro del bloque de poder. Siempre se observa la preeminencia de un poder sobre otro (en el Estado moderno el ejecutivo) sino habría estancamiento. Esto indica la hegemonía de una facción por sobre el bloque de poder. La facción hegemónica polariza a las otras facciones del bloque de poder4.

Casi en simultaneo con el libro de Poulantzas y del otro lado del Canal, Miliband lanza su trabajo de carácter marxista empírico “El Estado y la Sociedad Capitalista”, sobre las elites económicas y políticas de los capitalismos avanzados y su filiación clasista. Para Miliband, el Estado es un conjunto de instituciones particulares que se influyen mutuamente formando un sistema de Estado. Hace a la vez una distinción entre Gobierno y Estado siendo el primero el que reclama el uso legitimo de la fuerza en nombre del segundo. A su vez tener el control del gobierno no significa que se tenga el control del sistema entero. El aparato administrativo se ha extendido notablemente regulando aspectos económicos y sociales.

En cuanto a las asambleas legislativas, estas giran en torno al gobierno y están en constante tensión. La oposición no puede ser siempre obstruccionista y en cuanto a la lucha de clases dice sobre los participantes de la asamblea: “...al ingresar en la arena parlamentaria, tienen que hacer posible, por lo menos, un determinado juego político y jugarlo conforme a reglas que no han sido elegidas por ellos mismos”5. Es decir, el sistema de Estado puede incorporar bajo su lógica el conflicto de clases. Finalmente hace un análisis que demuestra la pertenencia a las clases altas de la sociedad de los integrantes de las elites del sistema de Estado. Esto define un horizonte común y una preferencia por mantener el sistema vigente. Es un Estado clasista; se tomarán medidas que favorezcan a las clases dominantes con quienes comparten una visión del mundo. Este trabajo generaría el debate.

Brevemente, Poulantzas criticó a Miliband por instrumentalista falto de teoría y este le endosó exceso de abstracción (falta de corroboración del desarrollo teórico) y no dar cuenta del papel de la lucha de clases

Ciertamente, dado que la función estructural del Estado es la de organizar el bloque de poder bajo la posición hegemónica de una clase, es válida la objeción de Miliband 6: el determinismo estructural no permite matizaciones de regímenes distintos, los individuos actúan sobredeterminados por la estructura.

Dadas estas críticas Poulantzas introduce ciertos arreglos. La lucha de clases ocurre en el ámbito económico de la producción. Hay separación relativa entre Estado y economía.

El Estado debe ser en el largo plazo representante del interés del conjunto de la burguesía. Lo concibe ahora como una condensación de relaciones de fuerza de clases y fracciones de clase y por ende recorrido por contradicciones en sus aparatos internos así como en sus políticas. Esto se debe a que sus aparatos son ocupados por diversos actores que ejercen poder real. Hay aquí una relajación con respecto a la determinación estructural, se introduce la acción individual.

No organiza las contradicciones desde el exterior, sino que la articulación de estas se da en su seno. De este modo la autonomía relativa y el interés general a largo plazo se alcanzan porque las distintas ramas y aparatos son ocupados por representantes de las distintas facciones, que promoverán sus intereses. Las ramas y aparatos estratégicos más importantes son ocupados por el sector hegemónico (el monopólico), imprimiéndole la dirección de la clase hegemónica. Dice el autor: “...la política actual del Estado aparece como un proceso de la resultante de estas contradicciones interestatales (...) a corto plazo, aparece el mismo como prodigiosamente incoherente y caótico” 7. El Estado deja de ser un bloque monolítico para transformarse en un campo estratégico, no basta con la toma del vértice de poder. Pueden haber “permutaciones” de aparatos de poder que permitan la reorganización burguesa. El estado debe tomarse y transformarse. Es reformista.

A la luz de este debate y discutiendo a su vez con la instrumentalismo de la Teoría del Capital Monopolista de Estado, Alemania produce un interesante debate.

Claus Offe, de influencia hegeliana y weberiana cree en la autonomía de la política.Piensa que el Estado se desarrolla por las crisis y contradicciones del sistema, considerándolo como un mediador. Su interés clasista se evidencia en su interés en garantizar la acumulación; debe garantizar la explotación dado que sus agentes son conscientes de que el Estado se sustenta con el excedente de la misma. Al igual que en Poulantzas, la institución debe mantener su legitimidad y encaramar simbólicamente el bien común. Por lo tanto está en esta constante tensión entre legitimarse y propiciar la acumulación, son los límites a su intervención. Nunca resuelve las crisis permanentemente.

Por su parte la Escuela Lógica del Capital (o derivacionista), critica la idea de autonomía de lo político. Consideran que desarrollar conceptos políticos argumentando que “El Capital”, provee categorías que deben aplicarse a lo político y no solo a lo económico. El Estado deriva de la incapacidad del Capital de reproducirse solo internalizando las contradicciones de la sociedad dado que separa las relaciones de fuerza del ámbito de la producción (Hirsch).

Altvater es categórico, ve al Estado como un instrumento del capital sobre las clases dominadas. Dado que el capital no puede reproducirse totalmente (dada la caída de la tasa de ganancia de ciertas actividades o sí una actividad es demasiado onerosa para un capital individual) surge la necesidad de: “una institución cuyos actos no estén determinados por la necesidad de producir plusvalor, una institución que es especial en el sentido de estar ‘junto a la sociedad burguesa y al margen de ella’”8Se generan las condiciones para la competencia entre los distintos capitales, no se beneficia solo al capital monopólico.

Para Hirsch, el Estado no surge de una estructura con lógica propia, sino que es fruto de ciertos intereses que logran imponer sus demandas. Es intervencionista a favor del mantenimiento de la reproducción. Las formas históricas que asume son fruto de la lucha de clases, es decir la necesidad de reorganizar la explotación. Es derivación lógica de la relación de capital.

Por último Holloway va a criticar y superar las elaboraciones anteriores. Su crítica principal a Miliband, Poulantzas y Offe, consiste en que estos autores tomaron al Estado no como lo que es (una relación social de dominación) sino como una ‘cosa’ separada de la acumulación de capital. Esta escisión político-económico lleva a que estas teorías propongan la toma de los aparatos de Estado y su reforma, no resolviendo las contradicciones en el nivel de la producción.

Al igual que los derivacionista toma el análisis de Marx en “El Capital”, no como mera critica económica sino como un análisis de la forma histórica de la lucha de clases; la producción de plusvalía.

Concibe al Estado como una relación de dominación, una forma histórica de la dominación de clase. Su análisis parte de la lucha de clases, la forma histórica de dominación (en el capitalismo la plusvalía) ha de definir la relación dominantes-dominados. Ahora bien, esta relación presenta contradicciones que condicionaran el desarrollo de todas las relaciones en la sociedad.

Dice Holloway: “Es una peculiaridad de la sociedad capitalista, que las relaciones sociales aparecen no como lo que son (relaciones de dominación de clase), sino que asumen una forma fantástica de su realidad”9. Una teoría del Estado debería estas formas fantásticas; fetichizadas.

La característica de la dominación capitalista es que está mediada por el intercambio mercantil. Cuando el trabajador se encuentra en el mercado, es en apariencia un hombre libre sin ninguna sujeción que puede elegir donde trabajar o no. Esta libertad es engañosa, esta obligado sin coacción a vender su fuerza de trabajo, dado que no posee los medios que están en control del capitalista para que esa fuerza le provea su subsistencia. Así realiza este último su situación de dominación, la fuerza está ausente del proceso de dominación y la relación de dominación del capitalista sobre le trabajador convenientemente cubierta como intercambio. La fuerza que garantice la apropiación (no puede estar ausente lógicamente) se ubica por sobre los capitales individuales.

Se produce la separación entre individuo y ciudadano, entre lo político y lo privado, entre lucha económica y política. El Estado debe instaurar la mercantilización del trabajo en toda la sociedad, extendiendo así el proceso de fetichización (en constante reformación, las formas que reviste son históricas) que actúa como un deflector del conflicto social a favor del capital. Es una derivación lógica y a su vez histórica de la relación capital. La fetichización es resultado de la lucha de clases.

¿Cómo debería encaminarse la lucha obrera?. Combatiendo las formas fetichizadas sin duda. Cabe aclarar que plantea la lucha dentro de los aparatos del Estado, esta no puede llevarse a cabo con las prácticas fetichizadas sino con las construcción de nuevas prácticas dentro del mismo. Obviamente hay que acabar con el proceso de fetichización de la mercancía.

Conclusión.

Como conclusión, la riqueza de estos debates es sin duda muy amplia, y aclara bastante un área de la reflexión marxista conflictiva, pantanosa, que llevo a innumerables disputas en torno a la controvertida metáfora marxiana: base material y superestructura, sus relaciones e implicancias.

También es notable en cuanto a la reconceptualización de “viejas” categorías que hemos examinado y su pertinencia en la explicación teórica estatal, Ideología, Fetichismo y Lucha de Clases.

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